29 DE JUNIO: ARGENTINA CAMPEÓN DEL MUNDO, MÉXICO 1986.

 

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gol a los ingleses

gol con la mano

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1986 los titulares

1986 recibiendo en la rosada 1986 en el palco Cucciu

El domingo 29 de Junio de 1986, en el estadio Azteca era escenario de la conquista de nuestra segunda copa del Mundo. Argentina vencía en la final a Alemania. Estaba 2-0 arriba, pero en pocos minutos, entre Karlz Heinz Rumenigge y Rudy Völler pusieron pardas… lo que parecía asunto resuelto, Alemania, siempre los teutones. Los que parecen vencidos…
Pero Diego le dio una bocha larga  a Burruchaga y el hombre de Sarandí marcó el gol de «la copa del mundo»…

Antes habían pasado mil cosas. Carlos Bilardo estuvo siempre lejos del gusto futbolístico de la gran mayoría de argentinos. Ni el bicampeonato con Estudiantes de la Plata con Guillermo Trama, el «Bocha» Ponce, Alejandro Sabella, Gottardi, Julián Caminos y demás, un equipo que jugaba bien, pudo acercarlo al gusto más tradicional.
Además, salvo en la gira de un par de años antes por Europa dónde la Selección paseó a Alemania, entre otros, el equipo generalmente jugaba mal y los resultados no eran buenos. La clasificación al mundial fue un fiel reflejo de lo que estaba sucediendo: aquella corajeada de Daniel Passarella ante Perú, que el «Tigre» Gareca  empujó sobre la línea, para empatar sobre la hora en el monumental de Núñez nos metió en México 86, pero la angustia había sido demasiada. Estuvimos a un paso de no clasificarnos sin tener que jugar un repechaje.
Antes de llegar a México, Argentina, de paso, perdió por primera vez en la historia ante Colombia. Fue 0-1 en un amistoso nocturno y el gol lo anotó Escobar, tiempo después asesinado por sus hinchas como «culpable» de la eliminación en el mundial de 1990, cuando se anotó un autogol.
Lo cierto es que en México, 30 días antes de la competencia, se empezó a formar un grupo fuerte. Diego Armando Maradona llegó en plenitud con una especial preparación física. Los jugadores fueron encontrando su lugar en la cancha y fuera de ella y Carlos Bilardo, el equipo.

En el debut ante Corea del Sur, Argentina se impuso 3-1, con un par de goles del hombre de Las Parejas, Santa Fe: Jorge Alberto Francisco Valdano. El otro lo anotó el cabezón Ruggeri. Para los cordobeses, ver a José Luis Cucciuffo entre los titulares fue una satisfacción que se prolongó durante toda la copa. Enorme. El jugador nacido en el «luminoso», el Huracán de Barrio La France, el que alcanzó renombre en Talleres y era figura en Vélez cuando Bilardo lo convocó.
En el segundo juego el rival fue el último campeón del mundo, Italia. Un tempranero gol de Altobelli, de penal, pareció complicarlo todo, pero Diego hizo su debut en la red con uno de sus mejores goles. Salto y plasticidad. Una pequeña obra de arte para empatarlo. 1 a 1.
El último juego del grupo fue ante Bulgaria y Valdano y Jorge Burruchaga, de cabeza definieron el 2-0.

El primer cruce, en octavos de final, nos puso frente a Uruguay y esa tarde, fue PPP el que nos dio el triunfo, definiendo cruzado una pelota que rebotó un par de veces sin dueño en el área. Pedro Pablo Pasculli, el ex goleador de Argentinos Juniors. Fue duro ese partido, el más difícil de todos.
En cuartos había que jugar con los ingleses y la historia se escribió desde este lado. «Ridiculizados para siempre, humillados para siempre» escribió Eduardo Sacheri al ver el gol una y otra vez. Ese 2 a 1 se recuerda más que la mismísima final y la semi ante los Belgas. Es que ganarle a Inglaterra no nos devolvió nada de Malvinas, pero nos dejó aunque sea, el consuelo de verlos destruídos un rato. La guerra dejó una cicatriz muy grande. Tal vez haya sido la muerte que a «ellos», les tenía preparado la historia. La futbolera. Justo, ellos, dicen, inventores un poco de este hermoso juego.
Y aunque sea con la mano. Con la mano de Diego saltando tan alto como Peter Shilton, pero tocándola al gol con «la mano de Dios», como bautizaron la ilícita avivada del 10. Había que robarlos. No se bien para que. Y por las dudas, para que en nuestra historia – y la de ellos claro – no los dejara recurrir siempre al «nos ganaron con un gol que no valía», Diego quiso matarlos para siempre y los pasó uno por uno. Los idiotizó para el resto. Los humilló. Los redujo. Los bailó. Hizo el mejor gol de todos los humanos justo frente a ellos. Ridiculizándolos para la eternidad. El gol de Gary Lineker sirvió solo para que el inglés fuera «botín de oro» por ser el goleador de la copa. El «nucazo» del Vasco Olarticoechea se recuerda más. Sacó sobre la línea lo que era el empate. El moreno Barthes nos enloqueció en 15 minutos, pero no pudo…

Bélgica no fue rival en la semifinal. El envión anímico de eliminar a los ingleses. El sabor de haberlos derrotado, acaso en el partido más recordado en la historia de los mundiales, nos llevó hasta la final. Con otros dos golazos de Diego, que así sumaba 5, dejamos en el camino a los Belgas.

Ese domingo 29 de Junio de 1986, la final era nuestra. Valdano hizo el 2-0 en el ST. El «Tata» Brown abrió la cuenta en el primera con un cabezazo. Era nuestro, pero primero Rumenigge y poco después Völler, empataron el partido, de cabeza. Los alemanes celebraron y el estadio «Azteca» dejó ver a miles que nos enfrentaban… parecía imposible ahora hacerles un gol. Si estaban más robustos y fuertes que nunca. Si parecían un relojito. Quien podría imaginar semejante descuido. Pero pasó….
Diego puso esa pelota larga. Burruchaga sin marca y ¡ por el medio! corrió, corrió adelantándola y cuando Shumacher le achicó, no se como, la punteó al gol. Al casi increíble gol. Entonces si, fuimos campeones del mundo por segunda vez en nuestra historia. Entonces Si, la imagen de Diego con la Copa del Mundo en sus manos la guardamos para siempre.
Estos son los Campeones del Mundo 1986. Al final del informe, datos sobre cada uno de ellos.

plantel 1986

1 Sergio Almirón Delantero 18 de noviembre de 1958 6 Argentina Newell’s Old Boys
2 Sergio Batista Mediocampista 9 de noviembre de 1962 39 Argentina Argentinos Juniors
3 Ricardo Enrique Bochini Mediocampista 25 de enero de 1954 28 Argentina Independiente
4 Claudio Borghi Mediocampista 26 de septiembre de 1964 6 Argentina Argentinos Juniors
5 José Luis Brown Defensor 10 de noviembre de 1956 36 Argentina Deportivo Español
6 Daniel Passarella Defensor 25 de mayo de 1953 70 Italia Inter De Milan
7 Jorge Burruchaga Mediocampista 9 de octubre de 1962 59 Francia Nantes
8 Néstor Clausen Defensor 29 de septiembre de 1962 26 Argentina Independiente
9 José Luis Cuciuffo Defensor 1 de febrero de 1961 21 Argentma Vélez Sársfield
10 Diego Maradona Mediocampista 30 de octubre de 1960 91 Italia SSC Nápoli
11 Jorge Valdano Delantero 4 de octubre de 1955 22 España Real Madrid
12 Héctor Enrique Mediocampista 26 de abril de 1962 11 Argentina River Plate
13 Oscar Garré Defensor 19 de diciembre de 1956 41 Argentina Ferro Carril Oeste
14 Ricardo Giusti Mediocampista 11 de diciembre de 1956 53 Argentina Independiente
15 Luis Islas Portero 22 de diciembre de 1965 30 Argentina Estudiantes de La Plata
16 Julio Olarticoechea Mediocampista 18 de octubre de 1958 27 Argentina Boca Juniors
17 Pedro Pasculli Delantero 17 de mayo de 1960 16 Italia Lecce
18 Nery Pumpido Portero 30 de julio de 1957 38 Argentina River Plate
19 Oscar Ruggeri Defensor 26 de enero de 1962 98 Argentina River Plate
20 Carlos Daniel Tapia Mediocampista 20 de agosto de 1962 10 Argentina Boca Juniors
21 Marcelo Trobbiani Mediocampista 17 de febrero de 1955 26 Colombia Millonarios
22 Héctor Miguel Zelada Portero 30 de abril de 1958 0 México América
DT Carlos Salvador Bilardo

JOSE LUIS CUCIUFFO: 
Camiseta en México 86: 9.
Lugar y fecha de nacimiento: Córdoba, 1 de febrero de 1961.
El futbolista
Su hizo famoso gracias a la revista Humor a comienzos de los ochenta: su apellido (“Cuchufo”, se pronunciaba) causaba gracia y lo tomaron como bandera. Desde la publicación le reclamaban a Menotti que lo incluyera en la Selección que jugaría el Mundial de España. Más allá del chiste, se ganó un lugar cuando tomó la posta Bilardo y en México fue de menos a más: arrancó como suplente y fue titular desde el tercer partido. Rápido, aguerrido, fue un defensor que ganaba por anticipación más que por presencia. Jugó seis años en Vélez, al que había llegado desde Talleres, y en 1987 lo compró Boca. El Nimes le dio la chance de jugar en Francia: allí fue campeón en Segunda y estuvo tres años. Se retiró en Belgrano, el club del que era hincha en su ciudad.
El después
Es el único de los 43 futbolistas argentinos campeones del mundo que está muerto. El 11 de diciembre de 2004 había ido a cazar (una de sus pasiones) con unos amigos a Bahía San Blas; instalados allí, manejaba una camioneta para huir de una tormenta con la escopeta cargada a su lado y orientada hacia arriba cuando un pozo accionó el gatillo. La bala le llegó al corazón y falleció cuando lo llevaban a un hospital de Carmen de Patagones para asistirlo. Tenía 43 años. Su vida de ex jugador –le puso fin a su carrera en 1994– lo había tenido ocupado como dueño de un bar en su ciudad y en esporádicas apariciones como entrenador en escuelas de fútbol cordobesas. También dirigió a un equipo de Arroyito, en su provincia, y participó de clínicas de fútbol en Japón.

SERGIO OMAR ALMIRON
Camiseta en México 86: 1.
Lugar y fecha de nacimiento: Rosario (Santa Fe), 18 de noviembre de 1958 (54 años).
El futbolista: Fue Newell’s, donde se formó, el club donde mejor le fue. Allí debutó en Primera en 1978. El título mundial ganado con la Selección le abrió la puerta de Europa: lo compró el Tours. Pero un año después volvió a Newell’s y fue titular en el inolvidable equipo que armó el Piojo Yudica, que terminó siendo campeón de la temporada 1987-88 con un plantel compuesto íntegramente por jugadores surgidos en la cantera leprosa. Su carrera discurrió después sin hacer demasiado ruido por Tigres de México, Estudiantes de La Plata, Central Córdoba de Rosario y Talleres de Córdoba. En el Mundial no jugó ni un minuto. En la Selección, al cabo, acumuló seis partidos y cuatro goles.
El después: En el bronce y en el barro. Así se puede ubicar a Almirón en la historia de Newell’s; además de su carrera como jugador, estuvo ligado a la gestión de Eduardo López, el presidente que digitó a su gusto la vida del club durante 14 años. En la segunda mitad de ese proceso, Almirón fue el coordinador general de las divisiones juveniles. Y como tal, fue acusado de hacer negocios con pases de futbolistas. La derrota de López en las elecciones de 2008 (Almirón iba en su lista) determinó su salida del club. Dos años después fue expulsado como socio, además ser alcanzado por una querella contra la administración López. En 2011 se integró como entrenador de juveniles al Tampico, de la Segunda División mexicana. Hoy entrena en la liga rosarina al equipo fundado por quien lo formó como futbolista: la Asociación Deportiva Jorge Griffa.

SERGIO DANIEL BATISTA
Camiseta en México 86: 2.
Lugar y fecha de nacimiento: Capital Federal, 9 de noviembre de 1962 (50 años).
El futbolista: Fue uno de los caciques de la hazaña del Argentinos Juniors que ganó la Libertadores en 1985. Tenía 22 años y una barba que lo hacía parecer veterano. Esa campaña lo catapultó: a seis meses del Mundial, Bilardo lo llevó a la Selección. Y Checho fue un pulpo que se apropiaba de todas las pelotas que pasaban cerca suyo, allá en México. Fue titular los siete partidos. Después jugó dos años en River, llevado por Menotti, y estuvo en Italia 90, pero ya en un rol secundario. Encima, lo amonestaron contra Italia y no pudo jugar la final. Tras ese Mundial, vino la silenciosa caída: su adicción a las drogas lo empujó a irse a jugar a Japón cuatro años para alejarse de las tentaciones, como confesaría años después. A la vuelta, se retiró en All Boys, lejos de la Primera División.
El después: En Japón, su exilio programado, se hizo futbolista-entrenador en el Tosu Futures. Ya sólo como DT, fue campeón en 1995 con el Fukuoka como ayudante de Jorge Olguín. En 1997 volvió al país y regresó a la doble función en All Boys, antes de irse a dirigir a Bella Vista de Uruguay. Fue asistente de Oscar Ruggeri en San Lorenzo. Tuvo una crisis con la profesión de la que lo rescató Humbertito Grondona, que lo llevó de entrenador a Godoy Cruz. Esa relación le permitiría hacerse cargo de la Selección sub 20. Y la medalla de oro en Beijing 2008, con Messi como figura, lo dejó en la primera línea grondoneana. Por eso, su designación en la Mayor tras la salida de Maradona no fue una sorpresa en la AFA. Su Selección se quedó afuera de la Copa América en casa, y los que antes lo sostenían, le soltaron la mano. Hoy intenta refundar su carrera en el Shanghai Shenua chino.

RICARDO ENRIQUE BOCHINI
Camiseta en México 86: 3.
Lugar y fecha de nacimiento: Zárate (Buenos Aires), 25 de enero de 1954 (59 años).
El futbolista: Escribir sobre Bochini es remitirse a lo más ilustre de la historia de Independiente. Ícono de ese modelo de jugadores de antes, que pasaban su carrera en un solo club; fue actor principal en cuatro Libertadores y dos Intercontinentales ganadas por el club, al margen de los torneos nacionales. Su astucia para encontrar huecos por donde filtrar la pelota inventó una metáfora: el pase “bochinesco”. En la selección de Menotti participó más en amistosos que en partidos oficiales, y se quedó afuera de los mundiales 78 y 82. De la era Bilardo se recuerdan dos episodios: un tiro de mitad de cancha contra Alemania en Düsseldorf, en 1984, que le sacó Harald Schumacher; y los cinco minutos que jugó contra Bélgica en las semifinales de México. Maradona cuenta que cuando el Bocha iba a entrar, él se acercó y le dijo: “Pase maestro, lo estábamos esperando”.
El después: El 5 de mayo de 1991, sin saberlo, Bochini se retiró el fútbol. Una patada de Pablo Erbín, defensor de Estudiantes, lo sacó de las canchas. Llevaba casi 19 años en la Primera de Independiente; ostenta el récord de partidos jugados en el club: 703. Apenas unos meses después de su retiro asumió como DT del club, en dupla con Carlos Fren. Tuvo idas y vueltas con varios presidentes. Julio Comparada, a raíz del apoyo del Bocha al candidato opositor Noray Nakis en 2007, hizo algo que los hinchas del Rojo consideraron un sacrilegio: quitarle el salario que cobraba como reconocimiento a su trayectoria. La llegada de Javier Cantero al club le restituyó ese espacio honorífico. Bochini, cada tanto, mete la pata: puede criticar a entrenadores y dirigentes del club generando situaciones incómodas. Lo hace más por franqueza que por estar sentado arriba de su estatua.

CLAUDIO DANIEL BORGHI
Camiseta en México 86: 4.
Lugar y fecha de nacimiento: Castelar (Buenos Aires), 28 de septiembre de 1964 (48 años).
El futbolista: Se lo suele señalar como esos que pintaron para súper cracks y después no estuvieron a la altura del molde. Él dice que fue lo mejor que pudo ser. El Bichi, puro talento, apareció tímidamente en la Primera de Argentinos Juniors en 1981. El cartelito de estrella se le pegó después de sus genialidades en campañas sucesivas que terminaron coronando a Argentinos Juniors como campeón de América en 1985. Su partidazo contra la Juventus en la Intercontinental de ese año, en Japón, le valieron elogios de Platini (la figura de los italianos), su confirmación en la Selección y un pase posterior al Milan, donde nunca debutó. Pasó por River con Menotti, y después se convirtió en nómade: en sus últimos diez años de profesional jugó en diez clubes. Nunca pudo volver a ser aquel que la rompía en Argentinos.
El después: En Chile, donde se retiró en Santiago Wanderers, encontró su otro lugar en el mundo. Allí plantó su familia y allí se hizo entrenador. Como tal hizo historia con un Colo Colo que respetaba el estilo del Bichi jugador: ofensivo, desfachatado, goleador. Mientras, dejaba correr a ese declarante sin ataduras y gracioso que ya había perfilado de chico. “Estoy tan bien con mi mujer que si ella se va con otro, yo me voy con ellos”, repite cada tanto cuando lo entrevistan. Cruzó la cordillera, empezó por Independiente y fue campeón con Argentinos, su club. Saltó a Boca, y duró poco: el equipo jugaba mal y él le ponía el pecho a todas las polémicas, Riquelme incluido. Volvió a Chile y heredó la Selección de Bielsa; el equipo empezó bien pero empezó a trastabillar en las Eliminatorias. Una derrota en un amistoso, en noviembre, lo corrió del cargo.

JOSE LUIS BROWN
Camiseta en México 86: 5.
Lugar y fecha de nacimiento: Ranchos (Buenos Aires), 11 de noviembre de 1956 (56 años).
El futbolista: Tiene el gen Estudiantes en su cuerpo. Allí llegó desde su pueblo cuando todavía era un chico. Se hizo jugador de Primera en 1975 y fue creciendo hasta hacerse capitán. En el 83, en medio de los históricos duelos con Independiente, dio dos vueltas olímpicas. Tres años después, cuando llegó el Mundial, estaba sin club: fue el único jugador de la Selección en esa condición. Pero Bilardo, su DT más influyente, le tenía fe. Tanta que le avisó que sería titular el mismo día del debut, contra Corea del Sur. Su imagen con el brazo encogido en la final contra Alemania es una postal tan recordada como su gol de cabeza. Pareció a propósito: fue el único que hizo en sus 36 partidos en la Selección. Tenía 29 años. Después pasó por Europa, también por Boca y Colombia, y se retiró en Racing en 1990.
El después: Bilardo lo llevó de asistente suyo a Boca en 1996: empezaba su carrera de entrenador en un equipo en el que sobraban los problemas y escaseaban los buenos resultados. Después hizo dupla con el Negro Enrique como técnicos de Almagro en 2000, la temporada que jugó en Primera, bajo la mirada de Maradona como mánager ad hoc. Le costó demasiado hacer pie del otro lado de la línea de cal: pasó por Nueva Chicago (también con Enrique), Blooming de Bolivia, juveniles de Estudiantes, Atlético de Rafaela, Ben Hur de Rafaela y Ferro. Él dice que duraba poco porque no era político: “Si veo algo que no me gusta digo ‘gracias’ y me voy”. Su amigo Batista lo llevó a las Selecciones juveniles; juntos ascendieron a la Mayor, él como ayudante. Juntos también salieron eyectados después de la Copa América 2011.

DANIEL ALBERTO PASSARELLA
Camiseta en México 86: 6.
Lugar y fecha de nacimiento: Chacabuco (Buenos Aires), 25 de mayo de 1953 (59 años).
El futbolista : Es el único argentino que salió campeón del mundo dos veces, aunque la segunda vez haya vivido buena parte del torneo en un hospital en el Distrito Federal. Aquella gastroenteritis siempre fue observada con desconfianza: se llegó a decir que la había provocado Bilardo con un laxante para quitarlo del equipo. La camiseta 6 que había elegido, al final, quedó colgada en el armario. Igual, la figura de Passarella está en el olimpo del fútbol argentino: mezcla de personalidad avasallante, guapeza y recursos técnicos. Cuando se retiró, en River, ostentaba un récord que todavía mantiene: es el defensor con más goles (99) del fútbol local. Y eso que dio la ventaja de jugar seis años en Italia, donde salió campeón con el Inter. Su cabezazo fue una marca registrada, a pesar de su estatua baja para el puesto de central: 1,73 metro.
El después: Seis meses habían pasado de su retiro cuando se hizo cargo de River como entrenador, con el que dio tres vueltas olímpicas. Empezaba, en el verano de 1990, una carrera vertiginosa que apenas cuatro años más tarde lo tendrían en la Selección. Su perfil de futbolista recio no varió: ordenó cabellos cortos y rinoscopias polémicas. Ese tramo de su vida fue cruzado por la muerte de su hijo Sebastián, antes del Mundial de Francia. El equipo llegó hasta los cuartos de final. La selección uruguaya, Parma, Monterrey y Corinthians fueron sus paradas siguientes antes de volver a River; sólo en el club mexicano ganó un título. Y de River volvió a irse tras dos años mediocres. Desde diciembre de 2009 ocupa la presidencia del club; su gestión quedó marcada por el descenso a la B, el hito más importante del fútbol local en lo que va del siglo.

JORGE LUIS BURRUCHAGA
Camiseta en México 86: 7.
Lugar y fecha de nacimiento: Gualeguay (Entre Ríos), 9 de octubre de 1962 (50 años).
El futbolista: Cada 29 de junio su apellido reaparece en los medios, montado al recuerdo del gol más importante de su carrera, que le dio a la Selección el título en México. Surgió en Arsenal, pero brilló en el Independiente campeón de la Libertadores y la Intercontinental en el 84. Exquisito jugador, mezcla de habilidad y visión de juego, fue convertido por Carlos Bilardo en protagonista de la Selección. Su aporte en los siete partidos del Mundial lo colocan en el podio de los mejores del equipo. Bilardo también lo hizo titular en Italia 90. En Francia protagonizó un escándalo: fue suspendido por un año y medio por un caso de soborno, cuando jugaba en el Valenciennes. De vuelta a Independiente, fue el conductor del equipo que ganó la Supercopa 95. Se retiró en 1998.
El después: Burru no escapó de la tendencia y se hizo entrenador. Al margen de no haber conseguido ningún título en 15 años, no se ha destacado particularmente. Sus equipos no suelen tener un perfil que se reflejen en el majestuoso futbolista que fue, ni tener señas identitarias inequívocas. Justo es decir también que Independiente fue el único equipo grande que dirigió; en general, le toca administras carencias. Arrancó en Defensa y Justicia y Los Andes, los pasos que antecedieron a Estudiantes y su inevitable desembarco en el Rojo. Su gestión en su club de siempre fue discreta. También condujo a Banfield, Arsenal y Libertad de Paraguay. Ahora se animó a tomar por primera vez en el país a un equipo lejano a Buenos Aires; desde diciembre intenta mantener a Atlético de Rafaela en Primera.

NESTOR ROLANDO CLAUSEN
Camiseta en México 86: 8.
Lugar y fecha de nacimiento: Villada (Santa Fe), 29 de septiembre de 1962 (50 años).
El futbolista: Llegó a Independiente desde su pueblo a los 16 y un año después debutó en Primera, siempre como lateral derecho. Fue el club más importante de su trayectoria: allí fue campeón repetidas veces y jugó ininterrumpidamente entre 1980 y 1989. “Me caracterizaba por el despliegue físico”, se definió una vez. Bilardo lo incorporó enseguida a su Selección y lo hizo debutar en un Mundial contra Corea del Sur, en el primer partido de México 86; no volvió a jugar en el torneo. “Me afectaba la altura”, reconocería él. Del rojo se fue al Sion de Suiza, atraído por sus orígenes helvéticos. Al regreso parecía que volvería a Independiente, pero fue a Racing, ni más ni menos. Las piezas se reacomodarían y se reincorporaría al club en el que había debutado. Tuvo tiempo de ganar un título más, el quinto en Independiente, antes de retirarse en Arsenal en mayo de 1998.
El después: No tardó demasiado en integrarse a las divisiones juveniles de Independiente como entrenador. Hizo el camino lógico, que lo llevó a la Reserva antes de llegar a la Primera. Le tocó una época difícil: en 2001 Independiente pensaba más en alejarse de los puestos de descenso que en pelear un campeonato. Se fue a Oriente Petrolero y empezó su historia en Bolivia: también dirigió a The Strongest (logró un bicampeonato), Bolívar y actualmente al Blooming. Aquí se tuvo que conformar con ser DT en el ascenso: pasó por Chacarita y Huracán de Tres Arroyos. En Suiza estuvo en el Sion –donde había jugado– y en el Neuchatel Xamax. Se fue más lejos todavía y dirigió en Kuwait y Dubai. Sobre su estilo, dice que de cada técnico aprendió algo, pero que lo más importante “es ser uno mismo, no imitar”.

DIEGO ARMANDO MARADONA
Camiseta en México 86: 10.
Lugar y fecha de nacimiento: Lanús (Buenos Aires), 30 de octubre de 1960 (52 años).
El futbolista: Quien lea este párrafo, sólo pudo llegar hasta acá guiado por la curiosidad: ¿qué pueden escribir del Maradona futbolista que no se haya dicho antes? Nada. Sólo reafirmar que Diego, fiel a su espíritu rebelde, fue más grande que nunca en dos escenarios hostiles: el Mundial de México y sus años en el Napoli. En el 86, las críticas previas a la Selección, un intento del Gobierno de entonces de desestabilizar a Bilardo y el deseo manifiesto del público mexicano de que ganaran los rivales fueron el combustible perfecto del Diez. En Nápoles se hizo bandera del sur pobre y postergado que encarnaba el club, entregado a los dictados del norte rico durante décadas: una metáfora de la sociedad italiana. Por eso fue quien fue adentro de una cancha; su fútbol de artista era también liberador.
El después: ¿Un día en la vida de Maradona equivale a un año de cualquier mortal? Algo de eso debe haber: desde muy chico, Diego se acostumbró a la fuerza a vivir bajo el ojo escrutador de todos. Y entonces, cada contradicción suya merece livings de TV castigándolo, como antes cada gol le daba pie a homenajes en forma de canciones, libros, estatuas… Hamacándose entre esos abismos, él ha ido buscando su lugar desde que dejó de jugar, en 1997. Y siempre da la sensación de que cuando más cómodo se siente es cuando más cerca del fútbol está. Tuvo la oportunidad de dirigir la Selección, la que tanto había reclamado, pero el equipo no tuvo plan y sucumbió en los cuartos de final de Sudáfrica 2010; él rodó escaleras abajo. Ahora, muy lejos de su Buenos Aires querido, mastica el millonario y amargo título de “embajador deportivo” de Dubai. Mientras, los rectores de la moral y las buenas costumbres se siguen haciendo un picnic con su apellido. Haga la prueba, vaya y encienda la tele ahora. Si no hay un programa hablando de Maradona, le devolvemos el dinero.

JORGE ALBERTO FRANCISCO VALDANO
Camiseta en México 86: 11.
Lugar y fecha de nacimiento: Las Parejas (Santa Fe), 4 de octubre de 1955 (57 años).
El futbolista: Se formó en Newell’s, donde debutó en Primera, pero su carrera se desarrolló en España. Llegó al Alavés a los 20 años, para jugar en Segunda división. En 1979 lo compró el Zaragoza, donde jugó cinco años y se hizo un nombre como delantero fuerte e inteligente. Menotti lo llevó al Mundial de España y jugó dos partidos. Llegó al Real Madrid en el 84 y en su primera temporada hizo 17 goles, una cifra más alta de lo que acostumbraba.
En México 86 tuvo el privilegio de elegir su camiseta, al que sólo accedieron él, Passarella y Maradona. Fue el socio invisible de Diego en el segundo gol a los ingleses: “Diego me dijo que me iba viendo todo el tiempo”, contó una vez. Hizo un gol en la final ante Alemania, el más importante de su carrera. Una hepatitis lo obligó a retirarse en 1987. Hizo el intento de volver para jugar el Mundial de Italia, pero no pudo: “Me ahogué en la orilla”, graficó.
El después: Enseguida descubrió el gustito por los medios de comunicación: fue columnista en El País de España, comentó fútbol por radio y TV, escribió libros. No por nada en la Selección lo llamaban “el filósofo”; su afición a la lectura venía de antes. Su espíritu pedagógico lo hizo entrenador rápidamente. Empezó en el Tenerife, donde dos años seguidos le aguó el campeonato a su querido Real Madrid. Ese entrenamiento en el cargo lo devolvieron a la Casa Blanca, donde fue campeón de la liga en su primer año. Pasó por el Valencia y pronto volvió a saltar los escritorios: se hizo mánager del Real Madrid en dos etapas diferentes. En este tiempo, alejado del club, volvió a comentar fútbol en distintos medios españoles. Allí, está claro, adoptó su segunda patria. Cada tanto vuelva a la primera a dar una vuelta.

HECTOR ADOLFO ENRIQUE
Camiseta en México 86: 12.
Lugar y fecha de nacimiento: Burzaco (Buenos Aires), 26 de abril de 1962 (50 años).
El futbolista: El Negro debutó en Lanús, donde se formó, en 1980. Tres años después llegó a River para ocupar el puesto por el que todavía corría el fantasma de Jota Jota López: volante derecho. Fue allí donde mejor le fue: aportó técnica y dinámica en la tríada de 1986, cuando River salió campeón nacional, continental e intercontinental.
Llegó de última al plantel que armó Bilardo para el Mundial. Fue suplente al principio, pero a partir del partido contra Inglaterra entró como titular y no salió más. “Un día con Diego recreamos su gol a los ingleses, y ahí él entendió todo: si yo le daba mal el pase era lateral para ellos”, contó una vez, gracioso. Enrique sufrió una lesión en una rodilla, unos meses después de aquel título, y le costó retomar su gran nivel en River. Volvió a Lanús para cerrar su carrera.
El después: Personaje simpático y querible, el Negro siempre ofreció buenos títulos en las entrevistas. “Raspé la medalla del Mundial contra el asfalto; quería saber si era oro de verdad”, fue una ocurrencia que patentó. Su recorrido como entrenador se inició en dupla con Tata Brown en Almagro pero no tuvo demasiadas oportunidades después. Hasta que la idea de Julio Grondona de tener en Ezeiza a varios de la G86 lo llevó a Ezeiza: arrancó como entrenador de la selección sub 15 y, tras la asunción de Maradona, pasó como asistente de Diego en la Mayor. Eso provocó su distanciamiento de Brown y Batista, que lo habían convocado. A Diego, a quien consideraba “el mejor técnico del mundo”, también lo acompañó a Emiratos Árabes a dirigir a Al Wasl. Hoy espera una nueva chance, con o sin Maradona.

OSCAR ALFREDO GARRE
Camiseta en México 86: 13.
Lugar y fecha de nacimiento: Capital Federal, 9 de diciembre de 1956 (56 años)
El futbolista: Salía de trabajar y, antes del entrenamiento, dormía un rato debajo de las tribunas de madera de Ferro: suficiente para que lo llamaran Ciruja, uno de sus apodos. Jugó más de 600 partidos en el club, en el que debutó en 1976. Disfrutó de ser el lateral izquierdo en los tiempos del Ferro de Carlos Griguol dos veces campeón. Fue el más resistido de la Selección de Bilardo, por lejos. Él, silencioso, aguantó las críticas que le llovían y arrancó el Mundial de México como titular. Se mantuvo hasta el partido de octavos contra Uruguay inclusive, pero después el entrenador prefirió a Olarticoechea y ya no volvió al equipo. Jugó en Ferro hasta 1994 con un breve paso intermedio por Huracán, y antes de retirarse se fue dos años a Israel, su única experiencia internacional.
El después: Se hizo entrenador casi a la par que colgaba los botines. Con su amigo Cacho Saccardi dirigieron juntos a Ferro en 1995, a un equipo que de a ratos ilusionó por su buen juego. Su carrera transitó después por Lanús y se asentó en Chile, donde llegó a entrenar a la Universidad Católica. El Mago estuvo cuatro años del otro lado de la cordillera, y a la vuelta tuvo una experiencia fallida en Ferro, otra vez, y en Atlético de Rafaela. La rueda del fútbol también lo depositó en el predio de Ezeiza para dirigir a las selecciones juveniles. En general, le ha tocado entrenar a la Sub 17 en diferentes etapas. Viene de ser el colaborador de Trobbiani en el último gran fracaso del fútbol argentino: la eliminación en primera rueda de la sub 20 del Sudamericano de este año jugado en San Juan y Mendoza.

RICARDO OMAR GIUSTI
Camiseta en México 86: 14.
Lugar y fecha de nacimiento: Albarellos (Santa Fe), 11 de diciembre de 1956 (56 años)
El futbolista: Independiente fue el club más importante de su carrera. Allí jugó once años e integró el equipo multicampeón de los ochenta. Había debutado en Newell’s en 1975 y pasado un año por el Argentinos Juniors de Maradona antes de recalar en Avellaneda. Era un volante que, adiestrado por Bilardo, llegó a denominarse “todocampista”. Jugó el Mundial de México condicionado: lo amonestaron en el debut y debió cuidarse de una segunda amarilla que lo habría dejado afuera un partido. Se las arregló lo suficiente como para ser uno de los seis que estuvo en todos los minutos los siete partidos. Era, con Batista, el que quitaba y la pasaba. Al regreso, nada lo emocionó más que volver a su pueblo, donde lo esperaban los 300 habitantes. En Italia 90 le pasó lo que había evitado cuatro años antes: lo expulsaron en la semifinal contra el local y se perdió la definición.
El después: Es uno de los pocos de la G86 que no siguió el camino de la dirección técnica. Se retiró en Unión de Santa Fe en 1992 y se quedó a vivir en Rosario. Pronto abrió su oficina de representación; allí guarda los recuerdos de su carrera. En su tarea profesional le tocó manejar la carrera de entrenador de su amigo y excompañero Jorge Burruchaga, por ejemplo. Hoy, uno de sus futbolistas más cotizados es Julián Velázquez, al que llevó a Independiente desde Corrientes cuando era un adolescente. Otros que pasaron por la Selección y él representa son José María Basanta y Chelito Delgado. Es director de la empresa Visión Sport, que trabaja principalmente con futbolistas jóvenes de Rosario y zonas aledañas. En 2000, Giusti protagonizó un accidente automovilístico en la ruta 9 en el que falleció su esposa.

LUIS ALBERTO ISLAS
Camiseta en México 86: 15.
Lugar y fecha de nacimiento: Capital Federal, 22 de diciembre de 1965 (47 años)
El futbolista: El Loco debutó a los 15 años en la Primera de Chacarita y pronto pasó a Estudiantes de La Plata, donde su carácter y sus extraordinarias condiciones técnicas fueron más fuertes que su juventud y logró imponerse como titular. Brilló en las selecciones juveniles y llegó al Mundial de México con aspiraciones de ser titular. Bilardo eligió a Pumpido e Islas la pasó mal; tenía apenas 20 años. A la vuelta lo compró Independiente y se dejó querer: no tardó demasiado en hacerse ídolo. En ese club vivió tres etapas, incluido el retiro. La mejor tal vez fue la de mediados de los noventa, cuando ganó tres títulos en seis meses. Su sueño de ser titular en un Mundial lo cumplió en Estados Unidos 94, con Coco Basile: falló contra Rumania en octavos de final y el equipo se volvió a casa.
El después: El cartelito de “polémico” que lo acompañaba de futbolista nunca. Él prefiere definirse como “frontal”. Dice que dejó de jugar e inmediatamente empezó como entrenador porque sus ganas de dirigir “ya eran más grandes que las de seguir siendo futbolista”. Empezó en Aurora de Bolivia, donde tuvo dos etapas y llegó a pelearse a trompadas con un jugador, y estuvo también en Almagro antes de volver a Independiente como ayudante del Tolo Gallego (en la etapa anterior a la actual). Ahora, desde afuera, admite que cada vez que se va un entrenador del Rojo él se ilusiona con que lo convoquen. Pero no cuida su boca: “Es muy fácil jugarle a Independiente”, dictó cátedra antes del último clásico con Racing. Como tantos otros, participó en programas de televisión sobre fútbol en carácter de panelista; de esos en los que gritar vale más que decir.

JULIO JORGE OLARTICOECHEA
Camiseta en México 86: 16.
Lugar y fecha de nacimiento: Saladillo (Buenos Aires), 18 de octubre de 1958 (54 años)
El futbolista: El Vasco estuvo en tres mundiales: 82, 86 y 90. En el de México fue de menos a más, al margen del título. Bilardo lo puso al principio de suplente, aunque participó en los siete partidos. Fue titular desde el cruce con Inglaterra y ya no volvió salir, ni siquiera reemplazado. Oficiaba como lateral-volante, esa posición que el entrenador tanto ponderaba. Pudo haber jugado también la final de Italia 90, pero lo amonestaron en la semi, la noche en la que tiró el centro que Caniggia transformó en gol a Zenga, y la tuvo que mirar desde afuera.
Se trató de un jugador polifuncional: ocupó todos los puestos de la defensa y del medio. Rápido, aguerrido, buen marcador; condiciones que le alcanzaron para jugar en Racing (allí debutó), River y Boca antes de su Mundial consagratorio. La medalla le abrió la puerta de Europa, donde lo contrató el Nantes. Se retiró en Mandiyú de Corrientes, en 1992.
El después: Simple, buen tipo, querido por los que fueron sus compañeros en los clubes donde jugó. El perfil bajo de Olarticoechea se ajusta bastante a aquel chico que llegó de Saladillo a ser parte de las divisiones juveniles de Racing. Entrenó a Talleres de Remedios de Escalada en la Primera B Metropolitana, pero su gran oportunidad le llegó de la mano de Checho Batista, que lo incorporó al staff de técnicos de las selecciones juveniles. “Me pongo como ejemplo cuando charlo con los chicos que llegan acá: les digo que sin ser crack jugué tres mundiales. Y para eso hace falta sacrificio”, postula. El Vasco tuvo a su cargo a la Sub 15 y hoy entrena a una preselección Sub 18, lejos del ruido que provocaron los últimos cimbronazos en el predio de Ezeiza.

HECTOR MIGUEL ZELADA
Camiseta en México 86: 22.
Lugar y fecha de nacimiento: Maciel (Santa Fe), 30 de abril de 1957 (55 años).
El futbolista: Su aparición en Primera ocurrió en Rosario Central en el Nacional de 1975, cuando apenas tenía 18 años. Fue su único club en la Argentina antes de partir a México. En esa tierra transcurrió el resto de su carrera. En el gigante del Distrito Federal se hizo leyenda: jugó durante ocho años en el club más difícil de México. Sus manos protagonizaron la atajada más importante de la historia del fútbol de ese país, sin exagerar: detuvo un penal en la final del campeonato 1983-84 ante las Chivas de Guadalajara, cuando el América tenía un jugador expulsado y el partido estaba 0 a 0; las Águilas ganarían 3 a 1 y Zelada se llevaría la gloria. Cuando llegó el Mundial 86, Carlos Bilardo lo eligió como la conexión local. Zelada era amo y señor en la concentración del América. Fue, también, un intento argentino de ponerse a los mexicanos de su lado. Zelada fue el tercer arquero del equipo campeón.
El después: Como les pasó a tantos futbolistas, cuando dejó de serlo Zelada quedó atado al recuerdo. Por eso, en cada aniversario de aquella final de 1984 su nombre aparece en los medios mexicanos, y la imagen del penal atajado recorre los programas de fútbol. Lo consideran el mejor arquero de la historia del club, al que siguió ligado de modo intermitente. No le faltaron conflictos: participó como intermediario de algunas transferencias que generaron polémicas. Y hasta tuvo una causa judicial por golpear a su chofer. Es un declarante que hace fácil la tarea de titular: “Yo no le lamo las pelotas a nadie”, se plantó el año pasado, en medio de una discusión con las autoridades del América. Su peso específico en el club hace que su palabra siempre sea buscada, tanto cuando el escenario es bueno como cuando no.

Por Andrés Eliceche. El Gráfico

 

 

 

 

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