
El regreso de Vélez a la Liga Cordobesa de Básquet tuvo un paso en falso el último domingo. Cómo local y por la 3era fecha de la Zona E, recibió al Sporting Sampacho y cayó derrotado por un lapidario 95 a 53. Para colmo de males, su principal referente, Cristian Romero, salió lesionado en el segundo período y no pudo regresar. Más allá de la superioridad del rival, de los avatares del partido, la actuación del equipo dirigido por Guzmán y Sala dejó una pobre imagen. Uno puede entender las limitaciones que hay, lo corto del plantel, la poca o nula experiencia de alguno de sus jugadores, los muchos años sin este roce de competencia… Lo que no entendemos es que el equipo no tenga un patrón de juego acorde a lo que tiene, y que no busque potenciar sus pocas o muchas virtudes. El aspecto físico en el deporte de hoy es un tema influyente.
La visita impuso sus condiciones siempre, con dos o tres jugadores relevantes y el resto que le metió mucha intensidad. Vélez pudo hacer muy poco, algo de Ramallo y el profe Feliziani, el resto muy errático. No se vio una idea para atacar, ni siquiera en los primeros minutos de juego. Partido hubo durante la primera mitad. El segundo tiempo fue todo de Sampacho, sacando 30 puntos de diferencia en el tercer cuarto y 40 en el último. Pasó la primera rueda del torneo provincial y Vélez no ha podido ir creciendo partido a partido, como si lo hicieron sus rivales. Más allá de que no le alcance para ganar, tiene que mostrar una imagen distinta a la que vimos ante Sampacho el último domingo en Oliva.