Doffo, encargado de generar fútbol, sabe lo difícil que es jugar en Primera. “Se permite pegar mucho”, aseguró.
Agarrones, empujones y patadas. Apenas un puñado de partidos en Primera le bastaron a Agustín Doffo para comenzar a adaptarse al fútbol argentino. A sus 20 años, el enganche cordobés, que tiene a Javier Pastore como uno de sus referentes, carga con la responsabilidad de ser el generador de juego del equipo que dirige Miguel Angel Russo. Y previo al encuentro frente a Defensa y Justicia, le comentó a Olé cómo camina sus primeros pasos en el profesionalismo. “Me di cuenta que se permite pegar mucho y eso no nos favorece a los enganches. Estoy haciendo mis primeras armas y todavía me falta muchísimo”, dijo el Gordo, quien además agregó: “Hablo mucho con Cubero, con Somoza, con Coco Correa, me ayudan, me dicen cómo me tengo que mover y que tengo que largar la pelota antes para no recibir tantas patadas”.
Asimismo, contó lo que le piden desde el cuerpo técnico: “Además de abastecer a mis compañeros y cuidar la pelota, me remarcan mucho que llegue más al área, que pateé al arco e intente hacer goles, por eso me quedo a veces después de los entrenamientos practicando”.