Casi 3.500 chicos se inscribieron para cursar este año la carrera de Medicina, un 25% más que en 2015. Este incremento en el número de aspirantes se da tras la anulación del “cupo”.
Un total de 3.475 jóvenes se inscribieron como aspirantes para ingresar a la carrera de Medicina este año en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), número que representa un incremento del 25 por ciento (704 chicos más) respecto de los 2.771 que se habían anotado el año pasado. El dato fue confirmado a Día a Día desde el Programa de Estadísticas Universitarias de esa casa de altos estudios.
Semejante diferencia se explicaría por la desaparición este año del examen de ingreso “con cupo”, tras la aprobación de la reforma a la Ley de Educación Superior en octubre de 2015. No obstante ello, ese cambio dispuso que los alumnos tengan que rendir otro tipo de examen y aprobar, al menos, con un puntaje del 70 por ciento. De hecho, todos los aspirantes rendirán ese examen mañana y pasado, con la diferencia que este año no habrá un cupo determinado de ingresantes.
Según los resultados, quedarán tres categorías de alumnos: promocionales (aquellos aprobados con el 70 por ciento o más del examen), regulares (quienes aprueben con menos del 70 por ciento, y que sólo podrán cursar las materias optativas: inglés e informática), y libres (con menos del 59 por ciento aprobado, quienes no ingresarán, pero podrán volver a rendir en julio o noviembre).
Pro y contras
Juan González, presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas, considera que el problema no es el examen de ingreso, sino sus consecuencias. “Con este sistema van a entrar más chicos, pero la medida no está acompañada con un presupuesto para infraestructura y materiales. Los chicos que queden regulares se van a juntar con los ingresantes del año siguiente, y las aulas van a colapsar”, entiende.
En Medicina, los alumnos están en contacto con pacientes desde primer año, “y no es lo mismo atender a un paciente con 10 alumnos que con 40: la calidad de la enseñanza va a bajar y esos chicos el día del mañana van a salvar vidas sin haber tocado un paciente”, comenta González.
Por su parte, Lautaro Blatto, presidente de la Federación Universitaria de Córdoba, cuenta que en los años anteriores el numero de inscriptos rondaba entre los 2.000 y 2.500, de los cuales apenas entraban 700. Este año 3.475 chicos rinden el ingreso, 700 aspirantes más que el año pasado. Y deberán sacar más del 70 por ciento en sus exámenes para poder ingresar.
“Estamos totalmente de acuerdo en que la ley necesitaba esa modificación y muchas otras que no se han dado. La eliminación del cupo es correcta, pero tiene estar acompañada por un apoyo económico. No estuvo previsto el gasto en infraestructura”, dice Blatto.
A diferencia de las otras facultades, este es un examen de un nivel de exigencia más elevado. “Materias como física o química tienen una exigencia que los alumnos de Ingeniería ven recién en primer año. Los chicos están sobre exigidos, no comen, no duermen y tienen mucha presión encima”, dice el titular del Centro de Estudiantes.
Ese fue el caso de Valeria Andueza, aspirante de la localidad de Arias, que en 2015 se inscribió para Medicina y mientras se dirigía al Pabellón Perú para rendir su examen de ingreso, antes se que pudiera sentarse en el pupitre, se descompensó y murió.
El negocio del ingreso
Existen muchas academias que preparan a los chicos para los exámenes de ingreso. En el caso de Medicina, hacerlo implica un esfuerzo tanto económico como intelectual. Para llegar con los conocimientos necesarios, hace falta un año entero de estudio por fuera del secundario, ya que las jornadas de cursado suelen ser de seis horas de lunes a viernes. Los precios están entre 10.000 y 18.000 pesos.
La mayoría de las academias asegura que no tuvieron menos alumnos este año por la quita del cupo en los exámenes de ingreso. “Hay ciertas dudas de los alumnos, pero lo mismo todos se preparan un año antes para rendir el examen”, comentaron desde Piero, academia que se especializa en preparar alumnos para Medicina.
El examen de ingreso cuenta con 80 preguntas, de las cuales el 70 por ciento deben estar aprobadas. “Para poder llegar bien necesitás ir a una academia, lo que termina siendo un negocio aunque nadie quiera asumirlo. En un primer momento, cuando las academias se enteraron que sacaban el ingreso eliminatorio, pusieron el grito en el cielo. Pero ahora, en vez de haber cupo hay porcentaje de respuestas correctas; la vara de exigencia es más alta y necesitás prepararte si querés entrar”, aseguran los estudiantes avanzados de esta carrera.