El joven goleador de NOB fue una gratísima aparición. Determinante.
Agustín Quevedo nació el 30|9|2004, en Córdoba. Vive desde los cuatro años en Toledo, con sus padres y su hermana. Tiene solo 20 años. 1,68 de estatura y pesa 62 kg.
Desde el 2019 (5ª en adelante) está en NOB. Pablo Gómez, con quien compartió divisiones formativas en Talleres de Córdoba, lo convenció de venir a la “Lepra”.
“Mi familia que me acompañó siempre, estuvo en Oliva en la Fiesta. Lo disfruté y mucho. Un gran orgullo”.
“Mi viejo me llevaba a entrenar a Laguna y se quedaba esperándome las tres horas. Un esfuerzo grande para él. Lo mismo hizo junto a mi mamá y mi hermana cuando estaba en Talleres. Al día de hoy me siguen acompañando. En el provincial fueron a todos lados y eso que era lejos”.
El Jugador del Año la tuvo que pelar. Sufrió dos fracturas de tibia, que incluyó una cirugía importante en la segunda. Estuvo dos años sin jugar, pero se recuperó y volvió con todo.
“Tras los campeonatos en tercera división, en el 2023 ya fui jugador de primera. En el 2024 me pude afianzar”.
“En el Córdoba Cup, vistiendo la casaca de Toledo, me hablaron para ir a Talleres. Varias veces dijimos que no, porque se complicaba el tema de los entrenamientos. Pero finalmente fui y empecé a jugar en la “T” cuando tenía 7 años. Cebollitas hasta llegar a la 9ª de AFA (2018) con 14 o 15 años. A mitad del 2019 me vine a NOB y arranqué en 5ª”.
“Trabajo de 8 a 16 con mi papá que hace construcciones en seco. Estudio Tecnicatura en Higiene y Seguridad. Estoy cursando virtual en la UTN de Buenos Aires. Son tres años, voy por el primero”.
Agustín Quevedo, textual.
