Fue el sábado 10 de agosto de 2024, en el estadio «Rosario Vera». Vélez consiguió su primer título en la historia deportiva en categoría Senior. La estrella que venía esquiva. Alcanzó una docena de finales, sin poder coronarlas. Esta vez, de la mano de Franco Córdoba y Fabricio Comba en la conducción técnica, lo consiguió.
La serie final tuvo una característica particular. Los dos jugaron mejor, mucho mejor, fuera de casa. En la ida, en el «Trampero», hoy bautizado -con justicia- estadio «Francisco Chiche Demaría» (cómo no recordarlo al papá de Daniel!!!) fue mejor Vélez. En la vuelta, el mejor fue Central.
En la ida, un par de goles de Matías Grandis y su decisivo aporte futbolístico, otro de Damián Petoletti (de buen trabajo a lo largo de todo el campeonato) jugando «en ofensiva», como muchos defensores de primera al llegar al senior, le bastaron al equipo de Oliva para sacar dos goles de diferencia. Hizo un gran partido y esa fue la clave.
En la vuelta, un «Pistola» encendido lo tuvo a maltraer toda la tarde y a poco estuvo de forzar los penales. Cuando el ex Vélez anotó de cabeza a los 4´ del complemento, en Oliva, aparecieron los fantasmas de las finales que no fueron…
Pero no. Logró sacarle ritmo al «Canalla» y fue cerrando los caminos rumbo a Didier. El «Gabo» Rébola se las arregló para tenerla un poco, o el mismo Matías Grandis. Pero no era la tarde para jugar. Central le planteó bien el partido, le sacó espacios, marcó bien, y en especial, le sacó la pelota. Salvo en algunos contados pasajes.
Daniel Heredia en el fondo entendió siempre lo que había en juego. Y trabajó incansablemente, cerrando, forzado muchas veces, mientras Marcos Dulce batallaba con el peligrosísimo andar de Hernán Benítez, que ya había hecho uno.
Franco Córdoba pidió casi toda la tarde que su equipo despertara. Estaba quieto, sin reacción… pero se le dió: Vélez Campeón Senior Apertura 2024. El global fue 3-2 para el equipo de Oliva. Que llegó entonadísimo a la instancia decisiva tras ganar el clásico en semi y en la ida, resolvió el campeonato.
Fue justo y merecido campeón. En el último partido no pudo mostrar todo lo bueno que había hecho hasta aquí. Debió luchar y sufrir. Por eso, cuando el juez marcó el final, desató una alegría contenida varias veces.
